Siempre está genial volver, porque significa que ya estuviste. Te vas, me fui sin querer. Pero aquí sigo. Mejor. porque cuando te vas luego vuelves mejor.
En mi caso el volver implica renacer. Desaprender muchas cosas y llenar la mente con conceptos e ideas nuevos. ¿Hay motivo? Sí, lo hay: hace poco sufrí un accidente doméstico grave. Sobre todo me afectó a la cabeza, porque en ese mal golpe, se fracturó parte de mi cráneo. Tuve también fractura en la mano derecha: me caí y (estoy segura de que intentando, por instinto, frenar o parar esa caída) apoyé mal la mano. Pues imaginas el periplo: urgencias, operación, TCs, radiografías, ingresos, ambulancia, neurocirugía, etc.
Así que he estado alejada; de forma involuntaria, sí, pero alejada de todo. Laboral y familiar.
¿Hay algo que aprender de una experiencia así? Se pueden extraer muchas enseñanzas y si quieres, tienes muchas.
¿Cuánto vale tu vida? Es la primera y fundamental lección: mucho (responde mucho siempre). Porque vida no hay más que la que tienes y todo lo que te define y lo que te vincula a los demás, empieza y termina en la vida. Si no la tienes no necesitas ninguna otra.
A punto de no estar, he tomado conciencia sobre lo que significa estar. Te dirán que debes decir que no, que tienes que cuidarte, que tú eres tu mayor obligación. Y es cierto. Quiérete, acéptate y sobre todo, perdónate.
Mi viaje por el accidente craneal me ha llevado por un nuevo sitio, uno que no conocía, y que yo pensaba que sí. Soy paciente, me decía, sí que lo soy. Ahora que conozco la paciencia de que otros hagan por tí las tareas que a tí te parecían más sencillas, sé que no lo era. Y es que cuando dependes de otros para todo, cuando estás «a medio gas», aprendes el significado real de la palabra.
¿Conceptos nuevos? Claro.
Nueva escala de valores. Son los detalles así los que te hacen valorar el alcance de las cosas.
He perdido algún trabajo. No es algo de lo que me enorgullezca, por supuesto. Pero lo cuento, porque de verdad, no pasa nada. Estar significa también hacerlo como mínimo al 85 %. Si no puedo garantizarlo, era momento de preguntarse a una misma: ¿estar a medias o estar bien?
Y la conclusión a la que llego es esta: ahora valoro la vida de otra forma, me relaciono de otra manera, acepto de otra manera. Y miro por mí. Que tengo que durar. Que no quiero irme.
Un storytelling accidentado, eso me parece.
¿Te quedas conmigo? Te leo en comentarios.
¡Gracias por pasarte!